agosto 31, 2013

Miedos

Me da miedo fracasar. Decepcionar a todos aquellos que tanto confían en mi, que han creído en mi y que tanta fe tienen en mi. A no poder cumplir mis sueños y dejarlo todo incompleto.

Me da miedo no poder. Que toda esa presión que voy a experimentar en estudiar lo que siempre he querido me rompa y no logre ser lo que he soñado desde los 5 años.

Me da miedo colapsarme. Venirme abajo como lo he hecho en ciertas ocasiones. Esos días en los que pareciera que tengo una profunda depresión y todo alrededor de mi se ve mal, suena mal y se siente mal. Aquellos momentos en los que prefiero estar sola pero me da miedo la soledad; porque déjame decirte que la soledad es un arma de doble filo: te ayuda a pensar y reflexionar pero eso mismo te puede llevar a abismos tan profundos, negros y desconocidos que te confundan y tumben todas tus creencias.

Me da miedo perderme a mi misma en el camino. No saber quien soy y convertirme en alguien completamente diferente y de quien tal vez no esté orgullosa. 

Me da miedo mis arrepentimientos. Siempre he sido muy indecisa y con cualquier decisión que hago momentos después llega la inevitable frase: "Mejor hubiera elegido el/la otro/otra, porque con esta...". Y eso abarca desde decidir qué comida pedir en un restaurante, qué zapatos comprarme, qué libro leer primero, qué universidad elegir, TODO. Y no es un sentimiento agradable con el cual experimentar y vivir con él.

Me da miedo quedarme sola. No el nunca casarme o tener hijos sino a estar sola. Con mi actitud he alejado a varias personas importantes en mi vida y a pesar de ello, ellas han avanzado y yo no. Aparentara el alejar cada vez más a los que me rodean en vez de hacer más amistades duraderas o fortalecer las que tengo, pero como he dicho, hay veces en que lo único que quiero es estar sola, no hablar ni ver a otras personas. Ser un ermitaño, a veces, es el único consuelo. 

Me da miedo todo y a la vez nada, tal vez el único consuelo es que no le tengo miedo a la muerte. 

A mi parecer tenerle miedo a la muerte es tenerle miedo a vivir.  Probablemente no me atemoriza debido a todos los pensamientos suicidas y trágicos que he tenido en mi vida, una vida bastante corta, protegida y aburrida para a penas tener 18 años. 

En ocasiones me siento cansada, en cualquier sentido y momento; como si hubiera vivido cien vidas, todas ellas igual de largas, monótonas y agotadoras. 

Me siento como un alma vieja, de esas que maduraron muy rápido y no disfrutaron su juventud. Me siento sobrepasada por experiencias que no he vivido y a pesar de ellas no encuentro el impulso suficiente en mi como para experimentarlas en este momento. 

Ojalá no me consuma esta soledad en la que tan frecuentemente me refugio. Muchas personas dicen que el mal se alimenta del bien y mientras el bien exista, el mal también. Pienso que pasa lo mismo con la luz, mientras esta exista, las sombras y tinieblas también. De hecho están al asecho, esperando cualquier eclipse para apoderarse de nuestras vidas, aunque sea por unos pocos segundos. 

40,000 personas mueren diariamente, sin embargo parece que todas van al mismo lugar. 

¿Será que cuando me toque irme también, tendré una fecha ya asignada de regreso?


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