Eres sólo un ángel.
Un pequeño ángel roto.
Te rompieron siendo tan pequeño que no te dieron tiempo ni de defenderte.
Tanto daño te hicieron que tú te guardas del exterior, no dejas que nadie entre y vea tu interior.
Pequeños trazos de tu infancia en ocasiones dejas que llenen nuestras conversaciones, pero siempre de forma inesperada y momentánea. Como brillantes estrellas fugaces iluminando el firmamento, tan sorprendentes y cortas, que son agradables a la vista y las guardas en la memoria como si fuesen tesoros.
(incompleto)
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