septiembre 28, 2012

Volaras, volaras, volaras...

Me elevo, siento como vuelo.

El aire pasaba a través de mis alas, el viento golpea en mi cara y sin embargo caigo.

Una y otra vez caigo.

Tú me tiras, me atraes al suelo y sin darme oportunidad a usarlas una vez más, cortas mis alas.

Allá van mis ilusiones y esperanzas. Parece que no confiaras en mi, que no confiaras en que puedo hacerlo, en que sé hacerlo.

Sé que puedo hacerlo, que voy a hacerlo.

Mientras mi instinto me dice que vuele, tú me traes a la realidad como la fuerza de gravedad.

Me duele que lo hagas sabiendo que volar es lo que mas quiero, que es lo que más deseo, que es lo que me hace libre; lo que me libera de todo lo malo que me rodea, de todo lo desagradable que pasa a mi alrededor.


Volar es mi única salida, mi único escape.

No sabes lo que se siente ser yo, lo que es ser yo todos y cada uno de los días.

No creo que te sintieras bien durante un día siendo yo, ahora imagínate siendolo toda una vida.

¿Y qué tal unos 17 años?

No es sencillo, creeme.

Me cortaste las alas y caí.
Espero que vuelvan a crecer pronto.

Bien dicen: "Mientras más alto es el vuelo, más dura es la caída".

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